El pintoresco pueblo mágico de Bernal, te invita a recorrerlo despacio, a disfrutar su gastronomía, comprar sus artesanías y sentarte a ver el pasar de la vida; pero, todo cambia cuando llega la noche, cuando la luna se asoma y las siluetas difusas empiezan a aparecer. Esta es la leyenda del Charro Negro, una de las más tradicionales de Bernal, Querétaro. Disfrútala.

Cuenta la tradición oral, que corría el mes de octubre del año 1870 en el hoy llamado pueblo mágico de Bernal; cuando el delicioso olor a pan, la tranquilidad del poblado y el andar de las calles, se vieron paralizados por una misteriosa aparición, que tenía temerosos a todos los pobladores.

Todo lo que se sabía es que se trataba de un jinete que vestía de negro, cuyas facciones eran imperceptibles y que su corcel no producía ningún ruido en su andar.

Una noche, el párroco y el sacristán del pueblo decidieron salir a su encuentro, motivados por la preocupación de la gente. Tomaron agua bendita, una vela y un crucifijo, y esperaron en la intersección del camino, justo en la entrada de Bernal, hasta que el Charro Negro hizo su aparición justo a la media noche.

El miedo los paralizó; sin embargo, el párroco se acercó y preguntó el motivo de su penar. El susurro de aquella voz suplicó la confesión, el hombre misterioso bajó del caballo, se hincó frente al religioso, y al momento de destapar su cabeza, sólo mostró un cráneo blanco, y al tomar la mano del padre se asomó aquel esqueleto.

Se dice que se trata del alma en pena de algún hacendado que llegó a matar por beneficio propio, por lo que no podía descansar en paz.

Luego de otorgar la bendición, el párroco y sacristán tomaron el camino de regreso a casa, sin pensar que pocos días después moriría  y el sacristán quedaría sordo y mudo para siempre.

Pero, todo parece indicar que aquella bendición no fue suficiente, pues…si quieres saber en qué termina esta historia, tendrás que ir a Bernal a descubrirlo en carne propia. ¿Te atreverías?

¡Espíritu Aventurero te lleva!