¿Alguna vez habías escuchado esta peculiar historia sobre la llegada de Maximiliano de Habsburgo a nuestro País?
El Emperador se vio abligado a dormir en una mesa de billar por una plaga de chinches.
Fue el 12 de junio de 1864, cuando Maximiliano arribó a la Ciudad de México para comenzar con su Imperio, luego de la Intervención francesa en México.
El Emperador llegó acompañado de su esposa Carlota para habitar su nuevo hogar, el Palacio Imperial, hoy Palacio Nacional.
La pareja estaba acostumbrada a vivir llenos de lujos y comodidades, por lo que no esperaron el peculiar recibimiento a su llegada.
Habían mandado de avanzada a su jardinero, Wilhelm Knechtel, a revisar el nuevo aposento; el cual notó desperfectos en paredes, ventanas y muebles, pero no se dio cuenta de este pequeño gran detalle.
A su llegada, las campanas de la Catedral Metropolitana resonaron, y fueron recibidos calurosamente por los archiduques.
Pero a la hora de intentar descansar; descubrieron que la cama estaba infestada de chinches; por lo que la Emperatriz pasó su primera noche en Palacio Nacional en un sofá, y el Emperador en una mesa de billar.
Poco después, cambiaron de residencia al Castillo de Chapultepec, donde vivieron dos años.
En ese tiempo también mandarían construir el Paseo de la Emperatriz, en honor a Carlota, hoy conocido conocido como Paseo de la Reforma.
¿Lo sabías?
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