CENTRO DE COYOACÁN. DE CEMENTERIO A PUNTO DE ENCUENTRO
El Centro de Coyoacán es uno de los lugares favoritos de la Ciudad de México.
Punto de reunión de amigos y familias, que encuentran en este espacio; bares, restaurantes, artesanías, sabor y tradición. Un rinconcito pueblerino en medio de esta ciudad caótica, que en época virreinal, alojara decenas de haciendas y conventos.
Uno de sus espacios más sobresalientes es el Jardín Centenario, inaugurado el 27 de septiembre de 1921 y nombrado así en conmemoración a los primeros 100 años de la Independencia de México.
Es en este espacio donde se aloja la fuente de los coyotes, así como la Iglesia y Ex Convento de San Juan Bautista, uno de los más antiguos de la Ciudad de México, cuya construcción inició en 1527 por Dominicos, sobre lo que era un Calmécac (escuela para hijos nobles mexicas).
Su atrio abarcaba hasta los arcos que se encuentran en la calle de 3 cruces esquina con Francisco Sosa, pero, ¿alguna vez te has preguntado el porqué de los arcos en medio del jardín?
Pues bien, estos servían de acceso principal al antiguo ex convento de San Juan Bautista, único vestigio del antiguo atrio parroquial, que en 1800 fungió como cementerio, durante la peste de cólera que azotó la ciudad. Sí, el mismo espacio que ahora recorremos con helados o cafés en mano, alojó a centenas de cadaveres hasta 1913, cuando por decreto presidencial se pidió el traslado de cuerpos, al hoy llamado panteón de Xoco.
Dichos arcos fueron labrados por manos indígenas y daban frente a la calle Real; antiguo camino a San Ángel, hoy llamado calle Francisco Sosa.
La Iglesia de San Juan Bautista es considerada Monumento Nacional y es una de las joyas arquitectónicas de nuestro México, que guarda cientos de historias en cada centímetro de su espacio. ¿Lo sabías?
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