Sillas confidentes de Yucatán. Historia, leyenda y más
Si alguna vez has visitado Mérida, posiblemente hayan llamado tu atención, unas curiosas sillas unidas pintadas de blanco, que provoca que quienes las ocupen, queden básicamente sentado uno frente al otro.
Las tradicionales sillas confidentes, se encuentran ubicadas en distintos lugares de la ciudad, siendo admiradas y fotografiadas por muchos visitantes todos los días.
Pero, ¿sabes cuál es su historia?
Pues bien; para hablar de su origen, debemos remontarnos a Francia del siglo XIX; donde eran popular un mueble compuesto por dos sillones contrapuestos, cuyos respaldos se unían en forma de “S” en una sola pieza, en México fueron llamados “confidentes”.
Un mueble diseñado para interiores, con el fin de que las parejas pudieran sentarse a conversar sin perder el contacto visual, manteniendo la “decencia y discreción” que la época exigía.
Este estilo de diseño pertenece al llamado “segundo imperio” o estilo “Napoleón tercero”.
Hablemos de México. En la Península de finales de siglo XIX, había gran esplendor económico por la industria henequera; por lo que muchas familias adineradas, adoptaron costumbres francesas como símbolo de lujo y elegancia, clásico de la época del porfiriato.
Inspiración que tomaron para las famosas sillas confidentes; que no nacieron precisamente en Mérida, sino en la ciudad de Bokobá, ubicado a unos 50 kilómetros de ahí.
La leyenda nos remite a una peculiar historia de amor y celos de un padre para su creación.
Ya que se cuenta que el padre de una joven cortejada, les puso la condición de realizar encuentros, únicamente en la banca de un parque, lo cual fue aceptado por los enamorados.
Sin embargo; para el padre aún era demasiada la cercanía que se podía tener en estas bancas, por lo que se le ocurrió mandar a hacer una silla a semejanza del estilo europeo, con el fin de que la plática pudiera seguir en un lugar público, mirándose a los ojos, pero sin la necesidad de tocarse. ¿Interesante verdad?
Las primeras sillas confidentes se colocaron tras la remodelación de la Plaza Grande en el centro de la ciudad en 1915; de ahí se extenderían rápidamente gracias a su popularidad. Hoy consideradas todo un símbolo de Mérida.
¿Sabías esta historia? México nunca dejará de sorprendernos.