Conoce la historia de la mascota inmortalizada en el Palacio de Bellas Artes
El Palacio de Bellas Artes es uno de los edificios más bellos e icónicos del centro histórico de la Ciudad de México.
Su construcción inició en 1904, y fue inaugurado el 29 de septiembre de 1934. Parada imperdible para visitantes nacionales y extranjeros en nuestro país.
¿Alguna vez lo has observado a detalle?
Podrías pensar que sí, pero pocas personas prestan atención a la perrita de mármol escondida en sus paredes, que tiene una curiosa historia.
Y es que Adamo Boari, el arquitecto italiano considerado, “el favorito del régimen porfirista”, por estar a cargo de proyectos como el Palacio de Correos y el Palacio de Bellas Artes; llegó a México en el año de 1889 procedente de Chicago, con su mascota Aida.
Boari encargó la ornamentación del Palacio de Bellas Artes, a su amigo Gianetti Fiorenzo, quien esculpió en el mármol exterior del edificio, flora y fauna mexicana, como monos, lobos, serpientes, jaguares y girasoles entre otros.
Pero durante ese tiempo de trabajo ocurriría algo muy triste; falleció la fiel perrita de raza setter que siempre acompañaba al arquitecto a su trabajo; por lo que decidió rendirle un homenaje, pidiendo al escultor inmortalizar a Aida en dos figuras, para plasmarlas en una de las puertas laterales de la fachada del inmueble. ¿Las has visto?
La únicas piezas del recinto que no pertenecen a la fauna mexicana.
El Palacio de Bellas Artes está lleno de detalles, déjate conquistar por su encanto, y conoce los secretos que esconden nuestra Ciudad de México.