¿Quién no ha sido testigo del pasar de los taqueros, que en sus bicicletas llevan una canasta cubierta de hule azul y dos salsas al costado?
Nos referimos a los vendedores de tacos de canasta. Una tradición del centro de México, que surgiera en los años 50s, en la localidad de San Vicente Xiloxochitla en el municipio de Nativitas, Tlaxcala.
La escasez de empleos dirigió a los pobladores, a dedicarse a esta actividad que se ha convertido en el principal sustento económico del lugar; se calcula que más del 50% de las familias que ahí residen se dedican a la venta de tacos de canasta. Y es que en realidad toda la familia se ve inmersa en el negocio, con la elaboración de salsas, relleno de tacos y el salir en sus bicicletas a los puntos de venta.
Es por esto que San Vicente Xiloxochitla es conocido como la capital del taco de canasta. Todas las mañanas entre las 7 y 8 horas, se ve desfilar las bicicletas que se dirigen a municipios cercanos y en algunos casos incluso hasta la Ciudad de México.
Tal es su popularidad, que desde hace más de una década, se celebra la feria del taco. Esto el primer fin de semana de diciembre, en la que regalan su producto a los que acuden al evento, acompañado de cuetes, misa, juegos mecánicos y baile.
Se calcula que cada canasta aloja de 250 tacos a 400 con los sabores tradicionales: Frijol, papa y chicharrón, aunque ahora los puedes encontrar de múltiples variedades, eso sí, siempre acompañados de su inseparable hule azul.
Como datos curiosos, la canasta se forra de tela, papel y este plástico para mantener el calor hasta por 6 horas y los tacos más solicitados son los de chicharrón. ¿Cuáles son tus favoritos?
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