Cuántas veces hemos escuchado la frase “El que quiera azul celeste, que le cueste” para referirnos al esfuerzo que hay detrás de un gran logro; pero, ¿sabes cuál es su origen?
Pues bien, este se encuentra en la época del Renacimiento, con los pintores encargados de hacer retratos a los nobles y de realizar frescos en las iglesias, quienes se enfrentaban a la dificultada de obtener el color azul celeste, tan necesario para pintar el cielo.
Este maravilloso tono se obtenía de un mineral muy costoso llamado lapislázuli; cuya extracción y transporte resultaba muy complicado; elevando su costo incluso más alto que el del oro , por lo que no cualquiera podía adquirirlo.
Dando origen así a la expresión “El que quiera azul celeste, que le cueste” ¿Lo sabías?
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