A 280 kilómetros de la Ciudad de México, 80 kilómetros de Querétaro y 60 kilómetros de San Miguel de Allende, se encuentra un sitio olvidado por el tiempo, pero jamás por la historia: Mineral de Pozos.
Un pueblo mágico, minero y hasta hace poco considerado fantasma, por llegar a tener solo 200 habitantes; sin embargo este espacio en su época de mayor bonanza casi al final del siglo XIX, llegó a ser una de las ciudades más importantes de la República Mexicana, al contar con más de 50 compañías mineras instaladas, la explotación de 360 minas, dos ferrocarriles en funcionamiento, luz eléctrica, telégrafos, drenajes, e incluso albergar el primer establecimiento de Fábricas de Francia en México en 1892.
Bonanza que se refleja en cada rincón, en cada casco de hacienda, en cada mina; recorrer sus calles, es recorrer la historia, es perderte en el tiempo y sentir que recorres un escenario de siglos pasados, ruinas de lo que fuera un gran restaurante, almacén, tienda, casa o alguna posada, es imaginar a los mineros de regreso a casa.
Para el año de 1917, inmersos en pleno movimiento de Revolución Mexicana; el precio de los metales en los mercados internacionales se fue a la baja, provocando falta de trabajo para sus habitantes; los cuales se fueron a tierras lejanas a buscar su fuente de empleo, la mayoría a Estados Unidos, comenzando así el abandono de la ciudad; mucho de su equipo de manufactura se fue vendiendo a minas de Pachuca.
Para 1926 el declive en Pozos fue inminente, ya que como consecuencia del intento por reactivar sus minas con escasos estudios de subsuelo, se ocasionaron explosiones que debilitaron y estallaron un manto acuífero, provocando inundación en sus minas más productivas; esto, aunado a la guerra cristera y la inclusión de los sindicatos, contribuyeron a la expulsión de sus 60,000 habitantes, quedando el espacio tan solo como un bello pueblo desierto.
En 1940 hubo intentos de reactivar la minería, pero no hubo forma de resarcir el daño al subsuelo inundado, dejando sus vestigios solo como una ventana a la magnificencia de su pasado.
El 27 de julio de 1982 fue declarado “Zona de monumentos históricos” y el 16 de febrero de 2012 recibe la denominación número 49 de los llamados “Pueblos mágicos”; atrayendo así a turismo nacional e internacional, que se dan cita para visitar los imponentes cascos de haciendas, recorrer sus minas, conversar con su gente y viajar a un pueblo que parece haberse congelado en el tiempo, pero que hoy acoge a más de 3,500 habitantes.
Datos de interés:
Festividades anuales:
Películas filmadas en Mineral de Pozos:
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