Huasca de Ocampo en el estado de Hidalgo, es considerado el primer pueblo mágico de México, poseedor de enormes bellezas naturales e impresionantes atractivos turísticos; entre ellos: los Prismas Basálticos, el museo del duende y sus diversas haciendas de beneficio.
Es en este espacio, donde Pedro Romero de Terreros o el Conde de Regla (uno de los hombres más ricos de la época, considerado el fundador del monte de piedad), edificó en 1760 cuatro impresionantes complejos arquitectónicos. Haciendas de beneficio que formaron un sistema que en tiempos del virreinato, produjeron la cantidad más impresionante de plata en el mundo; basado en gran medida, en la explotación de sus trabajadores.
Estas haciendas fueron: Francisco Javier, San Miguel Regla, Santa María Regla y San Antonio Regla. Esta última, sumergida bajo una enorme presa.
La ex hacienda de San Antonio Regla, fue fundada entre 1760 y 1762 para el beneficio de la plata; poseedora de grandes bóvedas, e inundada hace poco más de 100 años para la construcción de la presa que hoy lleva el mismo nombre.
Hoy, sólo puede recorrerse en lancha y aunque el agua turbia dificulta la visibilidad, aún pueden observarse parte del chacuaco y una pequeña torre sobresaliente del agua, que tiene una profundidad de entre 12 y 15 metros, y una extensión de 4.5 kilómetros dentro de un paisaje de oyameles y un clima semifrío.
Un espacio que seguro te llevará a imaginar la vida que los hacendados llevaron en los siglos XVIII y XIX; el ir y venir de sus trabajadores, y por qué no, la angustia de quienes dejaron su vida esclavizados en el trabajo.
La presa de San Antonio se encuentra a un costado de los prismas basálticos en Huasca de Ocampo, a sólo dos horas y media de la Ciudad de México.
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