El pueblo mágico de Chignahuapan, Puebla; no sólo es famoso por la elaboración de esferas navideñas, sino también por sus hermosos escenarios naturales.
Prueba de ello, es el centro ecoturístico: Cascadas de Quetzalapan, ubicado en los límites de Chignahuapan y Zacatlán, poseedor de una impresionante cascada con 200 metros de caída.
Pero este lugar no fue centro de recreación todo el tiempo; el 25 de mayo de 1930 comenzó a funcionar en este espacio una planta hidroeléctrica para abastecer a la cabecera municipal de Chignahuapan y la comunidad de Xicolapa. Un proyecto que llevaría por nombre Luz y Fuerza Motriz de Chignahuapan.
En la parte alta de las cascadas, (donde ahora se encuentra el salón de eventos y la cafetería) se encontraba un campamento para los trabajadores y un taller de herramientas, y en la parte baja, se encontraba el cuarto de máquinas, en el que había dos turbinas que generaban la electricidad.
Llegaron los años 80´s, y con más de 50 años de servicio, la hidroeléctrica no pudo más con sus altos costos de operación y dejó de funcionar.
Aún pueden observarse los vestigios de su historia al descender a las cascadas.
Una casa en ruinas, turbinas, reja y parte del equipo traído desde Alemania, que se emplearon antes de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se hiciera cargo de su funcionamiento.
Ahora sólo complementan un hermoso escenario, donde puedes disfrutar de puente colgante, tirolesa, tiro con arco, rappel, y área de camping.
Un espacio para disfrutar de la paz que el sonido del agua y el canto de los pájaros te ofrece.
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