San Gimignano es un encantador pueblo que parece el escenario perfecto para una película de época.

Un pequeño lugar con poco más de 7,000 habitantes que aún conserva sus murallas de origen medieval, ubicado aproximadamente a 40 minutos de Siena y Florencia.

Uno de los más visitados de la toscana italiana y reconocido por sus torres; y es que aún conserva perfectamente 13 de las más de 70 que tuvo en su mayor época de esplendor, por lo que muchos suelen llamarlo el Manhattan de la Edad Media.

Las mayorías de sus torres fueron destruidas con las guerras y otras catástrofes. Y es que las torres simbolizaban el poder y la riqueza de las familias  que las construían, por lo que solían competir por tener la torre más alta para mostrar en manos de quien estaba el poder.

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Un poco de historia:

San Gimignano fue fundado en el siglo III por los etruscos en la Vía Francigena.

Sin embargo, mucha de su documentación se encuentra a partir del siglo X, cuando toma el nombre del Obispo San Geminiano, quien defendió a los hunos de Atila.

Un pueblo que se desarrolló por el comercio de sus productos agrícolas, donde los peregrinos católicos solían hacer una parada en su camino a Roma durante la Edad Media y el Renacimiento.

Fue a final del siglo XIII que alcanzó su mayor esplendor, hasta 1348 que tuvo que someterse a Florencia por la afectación de la Peste Negra que sacudió a toda Europa.

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Sería hasta el siglo XIX que empezaría a ser reconocida como centro turístico y artístico.

Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990.

Un espacio en el te encantará perderte con sus pequeños callejones, puertas monumentales, miradores y banderas. Cada rinconcito te invitará a tomar una foto diferente en el hermoso sitio.

Un sitio que no querrás perderte en tu próxima visita a Italia.

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¿Qué visitar?

No dejes de admirar el Duomo, el museo cívico, y la gelateria Dondoli, ganadora en distintas ocasiones como el mejor gelato del mundo.

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¿Cómo llegar?

La manera más fácil de llegar es tomar un recorrido desde Florencia, el cual generalmente se acompaña de la visita a Pisa o Siena.

O si eres demasiado aventurero, podrías alquilar un auto y aprovechar para visitar otros pueblos de la toscana que seguro te seducirán con su encanto.

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