Fotografía: Pixabay
Comienza la cuenta regresiva para celebrar la navidad; tiempo perfecto para decorar el arbolito, organizar las posadas y poner el tradicional nacimiento; pero, alguna vez te has preguntado ¿Cuál es el origen de este?
Pues bien; la representación de los nacimientos se comenzó a dar desde las catacumbas, en sarcófagos y lápidas de los cementerios subterráneos de Roma, claro, no con el ambiente festivo con el que hoy los relacionamos.
Sin embargo, los nacimientos tal como los conocemos, encuentran su origen con San Francisco de Asís, quien conocedor de la Tierra Santa, decidió recrearla mientras recorría poblaciones de su natal Italia predicando su palabra.
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Fue en el pueblo de Greccio, donde se inspiró a reproducir un “nacimiento viviente” para ejemplificar el nacimiento de Jesús, simulando la Gruta de Belén, e invitando a los pobladores a representar a la Virgen María, San José y los pastores. Cabe mencionar que también hizo traer una mula y un buey para completar la escena.
Se desconoce la fecha exacta de este acontecimiento, pero algunos expertos señalan el año de 1223.
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Los franciscanos se encargaron de conservar la tradición, ya no con nacimientos vivientes, sino de barro, extendiéndola a todos los lugares donde llegaron, entre ellos, México; quien adoptó la tradición con la evangelización.
Las figuras más representativas e importantes son la Virgen María, José y el niño, a esta composición se le llama Misterio.
Ahora, solemos colocarlos de una manera más mestiza, con figuras hechas de cartón, cerámica, hoja de lata o de maíz y muchos elementos más, agregando la figura del Ángel, los Reyes Magos, guajolotes, marranitos, papel celofán, espejos que simulan lagos y todo lo que el ingenio mexicano representa.
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Así que podemos concluir, que el gran inventor de los nacimientos fue San Francisco de Asís, en Greccio Italia, hace 800 años.
Como dato curioso, se cree que el primer nacimiento de barro fue realizado en Nápoles, Italia, a finales del siglo XV.
¿Lo sabías?
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