¿Cuántas veces has recorrido el centro histórico de la Ciudad de México a conciencia? Me refiero no sólo por ir a comprar algo o en el ir y venir sin prestar atención alguna.
Cada rinconcito de nuestra está lleno de detalles, secretos, cultura e historia, esperando a ser contada para prevalecer en nuestra memoria colectiva.
Estos, son sólo algunos de los detalles y secretos que puedes encontrar, para recorrer el corazón de la ciudad como todo un experto.
Justo en la esquina de José María Pino Suárez y República de El Salvador, podrás encontrar este vestigio prehispánico. Recordemos que muchas de las edificaciones mexicas fueron destruidas, reutilizando los materiales en la construcción de la nueva ciudad.
En este inmueble del siglo XVIII en particular, nos hace reflexionar si lo que quiso mostrarse es el triunfo de la arquitectura colonial sobre la prehispánica o que las raíces de nuestra cultura serán siempre la base de esta nueva ciudad. Una ciudad que cayó para volverse a levantar.
¿Alguna vez has observado que la icónica Diana Cazadora no posee su flecha? A la controversial escultura de Paseo de la Reforma cuyo nombre correcto es “La Flechadora de las Estrellas del Norte”, le fue robada su fecha, y en una especie de homenaje, podemos encontrar una réplica enfrente de la fuente, justo entre el Cinépolis Diana y una sucursal del Salón Corona.
En el lugar encontramos la leyenda: “Se creía perdida y sólo estaba escondida, reservando su buena suerte a quien su deseo aquí pida. Por su cercanía y ubicación, si hacemos una línea imaginaria desde donde la fuente se encuentra, bien podría haber caído ahí después de haber sido lanzada.
Cabe mencionar que la escultura que vemos en la actualidad es una réplica. La original se encuentra en el Zócalo de Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo.
Así como lo lees, la fachada de la versión anterior de este imponente recinto religioso aún está en pie, y lo puedes observar en el Templo de la Purísima Concepción y de Jesús Nazareno del antiguo Hospital de Jesús, ubicada sobre avenida República del Salvador, entre las calles 20 de noviembre y Pino Suárez, (mismo espacio donde se encuentran los restos de Hernán Cortés).
Esto, según la información del cronista Guillermo Tovar de Teresa, en el libro La Catedral de México. Según se narra, fue trasladada piedra por piedra en 1691, luego de permanecer 66 años en el templo de Santa Teresa de Nuestra Señora de la Antigua, convertido hoy en el Museo ExTeresa Arte Actual, a donde llegó en 1625. ¿La has observado?
Se trata de la calzada México-Tacuba, donde se posan importantes inmuebles como el Palacio de correos, el Museo Nacional de Arte y el café de Tacuba.
Fue construida en el siglo XIV, en un islote del lago de Texcoco para comunicar el centro de Tenochtitlan con otros poblados como Texcoco, Tepeyac, Tlatelolco y Tacuba, con una extensión de ocho kilómetros, que servían de vía comercial.
En ese entonces, era conocida como Calzada “Tlacopan”, que los españoles pronunciaban como Tacuba, que significa: “lugar de la planta de jarillas”. Ha tenido cinco nombres a lo largo de su historia: Tacuba, Ribera de San Cosme, Avenida Hidalgo, Puente de Alvarado y México-Tacuba.
Las inundaciones en la Ciudad de México no es un problema reciente, prueba de ello es que hace casi 400 años, se presentó una inundación que duró 5 años. La historia nos remonta al 21 de septiembre de 1629, cuando la tormenta fue tan intensa y extensa que ocasionó una inundación que provocó la muerte de aproximadamente 30 mil personas.
Fueron 36 horas de lluvia las que dejaron a la ciudad sumergida en una especie de lago de más de dos metros de altura, que permanecería hasta 1634 cuando el agua empezó a ceder por una temporada de sequía, y se logró regresar a la vida habitual.
Cómo dato curioso, una leyenda narrada por Salvador Novo, cuenta que hay un vestigio de aquella inundación.
Justo en la esquina de Madero y Motolinia en el corazón de la ciudad. Un mascarón de cabeza de león empotrado en un edificio, colocado ahí, para recordar la altura que alcanzó el agua en 1629. ¿Lo has visto?
En el cruce de las calles Francisco I. Madero y Simón Bolívar en el centro histórico de la Ciudad de México, se encuentra la hoy conocida como Casa Borda, que albergaría a principios del siglo XX, la primera sala de cine de la capital, el llamado “Salón Rojo”, del que aún se conserva la taquilla que hoy ocupa una pequeña joyería. Esto sobre la calle de Madero.
Como dato curioso, la primera proyección de cine no se llevó a cabo aquí, esta se realizó en agosto de 1896 en el Castillo de Chapultepec, teniendo como público a Porfirio Díaz, familia y miembros de su gabinete.
La primera filmación realizada en México fue de Gabriel Veyre en 1896, titulada “El presidente de la república paseando a caballo en el bosque de Chapultepec”, con el presidente Díaz como protagonista. Obsérvala aquí.
Su origen es un tanto incierto, pues mientras algunos aseguran que pertenece al siglo XVIII, hay quienes la consideran, una de las siete capillas o ermitas que mandó construir Hernán Cortés en el siglo XVI con fines de evangelización, siendo esta, la última que se encuentra en pie.
Se ubica en la calle de Manzanares en el barrio de la Merced, con apenas 9 metros de largo por 4 de ancho, se trata de la Capilla del Señor de la Humildad. En su interior, apenas caben seis bancas con capacidad de tres personas, y aloja todo lo que una iglesia de tamaño normal, pero a pequeña escala.
Si observas la actual calle de Roldán, notarás que tiene un trazo muy irregular. Esto debido a que por ahí pasaba y las casas se construían alrededor de este, por eso no tiene un trazo recto. Además, aún se pueden observar letreros del nombre que conservó durante muchos años: Calle del Embarcadero.
Seguramente has pasado muchas veces frente a ella sin notar su presencia. Se encuentra a unos pasos del metro Chapultepec. Formaba parte del acueducto de Belén de las Flores, o como lo conocemos hoy, acueducto de Chapultepec; conformado por 902 arcos coloniales. derrumbados en 1896 por mandato de Porfirio Díaz, quedando sólo una veintena de ellos, a altura del metro Sevilla.
La fuente fue inaugurada en 1755 por el virrey Agustín de Ahumada en su ubicación original, que era en la entrada del Bosque de Chapultepec, y fue movida a su ubicación actual el siglo pasado.
Ubicado en el número 25 de la calle Manzanares, muy cerca de la capilla más pequeña, se encuentra la casa más antigua de la Ciudad de México.
Un inmueble del siglo XVI, construida con tezontle y ladrillo, cuya estructura posee un patio central y más de 15 habitaciones a su alrededor; mezcla de la arquitectura colonial e indígena que por años estuvo abandonado, y ahora fue remodelado como centro cultural para niños.
¿Qué otros secretos conoces? Nuestra ciudad nunca dejará de sorprendernos.
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