¿Quién se ha dejado sorprender por el encanto de Hierve el agua? Un majestuoso escenario natural, localizado a 70 kilómetros de la ciudad oaxaqueña.
Una espacio que presenta el vestigio de dos impresionantes cascadas de más de 200 metros de altura, detenidas en el tiempo. Caídas de agua petrificadas, formadas hace millones de años por el escurrimiento de agua carbonatada, cuya corriente se origina en los manantiales que están en la cima de la barranca. La alta concentración de minerales como azufre, calcio y potasio al contacto con el aire, consolidaron este peculiar paisaje.
Sitio que también constituyó un importante sistema de riego arqueológico hace más de 2,500 años y según especialistas, fue un lugar sagrado para los antiguos zapotecos, una de las civilizaciones más importantes de la región.
Sus manantiales crearon algo único: Sus pozas con temperatura entre los 22ºC y 25ºC, de color turquesa que se emplean como balnearios naturales, que parecieran no tener fin, y cuya vista es extendida hacia el horizonte. ¡Una vista panorámica realmente inigualable!
Su nombre no lo toma precisamente por alcanzar su punto de ebullición, sino a las burbujas que saltan al exterior, como resultado de los gases que el líquido contiene.
Visitar Hierve el Agua en temporada baja es realmente un placer ante la vista, y el mejor set fotográfico que encontrarías en tu visita.
El aliado perfecto para tu visita, es la Zona arqueológica de Mitla, declarada Zona de Monumentos Arqueológicos en 1993, y ubicada a escasos kilómetros de Hierve el agua.
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